Artículo: «Bobo el que no confía» ¿Cómo construir cultura de la legalidad a través de la confianza y las normas sociales?

«El vivo vive del bobo» es un dicho de la «sabiduría popular» colombiana que parece acompañarnos en casi todas las conversaciones sobre honestidad y confianza de nuestra historia reciente. Un modelo mental, referencia que delimita expectativas y explica comportamientos y valoraciones de los colombianos. El dicho señala lo que habría que hacer y esperar de otros, en particular, lo que debe ocurrir en situaciones en las que una persona tiene la oportunidad de defraudar a otra. También, es muestra de lo que se ha denominado como la «cultura de la viveza», una serie de expectativas sociales y normas comportamentales que influyen mucho en la forma cómo las personas toman decisiones, pero sobre todo, en la manera cómo ven a sus conciudadanos.

Luego de revisar algunas de las más destacadas aproximaciones teóricas a la cultura de la legalidad y a los mecanismos para promoverla y/o fortalecerla, este artículo entrega una definición de la misma asociada al cumplimiento de normas (formales e informales) y expectativas y propone la construcción de confianza como factor determinante para el trabajo en pro de aumentar los niveles de cumplimiento. Este artículo analiza las intervenciones rigurosas en diferentes campos, basadas en las ciencias del comportamiento, y permite concluir que el uso de normas sociales y pequeños empujones es efectivo a la hora de mejorar nuestras expectativas colectivas, de construir confianza y de promover un mayor cumplimiento de normas y acuerdos.

Libro: Promesas mutuas. Conversaciones sobre normas sociales y prosocialidad.

Mazo-Zapata, J. y Silva, S. (2022). Promesas mutuas. Conversaciones sobre normas sociales y prosocialidad. Editorial EAFIT – Comfama.

Este libro es el resultado de lecturas, conversaciones y reflexiones. Su misma concepción fue un acompañante silencioso durante los primeros meses del grupo de estudio, pero una certeza sobre la experiencia colectiva de participar de los análisis e intercambios cuando por fin nos pusimos el objetivo colectivo de construirlo. No fue la motivación inicial o principal del escenario de estudio y deliberación, pero determinó buena parte de su camino final en la segunda mitad de 2020. El libro recoge las interpretaciones grupales, las discusiones colectivas y el trabajo específico adelantado por los participantes del grupo de estudio.

Aquí pueden comprarlo: ExLibris.

Y aquí pueden leer el estudio introductorio:

Artículo «Vivir con otros: Cultura ciudadana, comportamientos y la agenda de promoción de la cultura cívica en América Latina» en Análisis Carolina.

«Vivir juntos puede resultar difícil. La convivencia, esa posibilidad social de gozar de tranquilidad, paz y encuentro en la diferencia, puede depender profundamente del civismo: la cultura política que permite que vivamos con otros. Las agendas de pedagogía pública, educación ciudadana y transformación cultural delimitan las perspectivas de que la convivencia sea posible. América Latina, con su alta desconfianza institucional, su relación conflictiva con las reglas formales y la incidencia de expresiones violentas, supone un reto para estos esfuerzos de construcción de cultura cívica. Este texto revisa algunas aproximaciones conductuales a la promoción de esta cultura. Expone la propuesta principal del enfoque de cultura ciudadana y sus puentes con otras aproximaciones de los estudios del comportamiento y luego adelanta una revisión de algunos casos de estudio centrados en Colombia. Termina con unos comentarios sobre lo que implica tomar decisiones públicas basadas en estas aproximaciones de cambio social conductual».

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Libro «Sembrar cultura, recoger legalidad».

Portada del libro.

¿Podemos reconocer los atributos prosociales de las comunidades mineras como punto de partida en la posibilidad de vincularlos a los procesos de legalidad sobre la economía minera? ¿Qué estrategias, campañas, ejercicios de cambios institucional y empresarial pueden ayudar a que este proceso -por supuesto, complejísimo- pueda seguir establecimiento puentes estables entre la informalidad de la explotación minera y el desarrollo de sus regiones? Este libro aborda estas cuestiones, explora las dinámicas sociales y comunitarias que señalan los límites de las agendas de promoción de legalidad en regiones mineras y a la vez, las oportunidades presentes en el capital social, las normas sociales y los mismos procesos asociados a la minería para consolidar ese proceso. En el proceso, propone mecanismos comportamentales de promoción de la legalidad y contribuye a la comprensión de la relación entre ley y sociabiliad en las regiones definidas por su economía minera.

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Presentación «Comportamiento, cultura ciudadana y políticas públicas» para el Área Metropolitana de Cúcuta.

El pasado 25 de marzo estuve presentando y conversando sobre las agendas de cultura ciudadana y aprendizajes comportamentales en clave de políticas públicas y esfuerzos institucionales por invitación del Área Metropolitana de Cúcuta. Presenté algunas de las ideas teóricas más generales y la experiencia de Medellín a la hora de desarrollar acciones de cambio cultural desde el enfoque de cultura ciudadana y las acciones públicas de construcción de confianza. Aquí pueden ver la conferencia completa:

Artículo “La innovación pública como gobierno del cambio social”.

La publicación hizo parte del dossier sobre innovación pública del volumen 28 de la revista.

La semana pasada fue publicado el número 28 de la revista Ópera de la Universidad Externado de Colombia. Junto al profesor y decano de la Escuela de Humanidades, Adolfo Eslava, publicamos un artículo sobre la importancia de aprendizajes sobre comportamiento y prosocialidad en el desarrollo de programas públicos que aborden problemas viejos desde una aproximación al cambio social. El texto revisa un enfoque de innovación pública que logre encontrar puentes entre políticas públicas, estudios del comportamiento y perspectivas del cambio social. A continuación, presenta dos programas de la Alcaldía de Medellín enfocados en el cambio cultural desde las normas sociales y la resolución de asuntos de convivencia desde la teoría de la argumentación y los estudios de argumentación.

Pueden leer el artículo completo aquí: “La innovación pública como gobierno del cambio social”.

Algunas ideas sobre la promoción de comportamientos deseables

Durante la pandemia, hacer énfasis en los comportamientos deseados (y en el cumplimiento generalizado) puede ser clave para promover el cuidado.

Las personas nos comportamos en ocasiones según lo que creemos que son comportamientos generalizados y generalmente aceptados. Es lo que Cristina Bicchieri denomina una norma social: la expectativa de que muchas personas o la mayoría de las personas se comportan de una manera, o expectativa empírica, y la expectativa de que muchas personas o la mayoría esperan que nosotros nos comportemos de esa manera, o expectativa normativa (2005; 2018). Lo que pensemos que son comportamientos deseables para los demás y para alguna autoridad de referencia, como el Estado, resulta clave para el reconocimiento de una norma social. Incluso, la confianza que tengamos en las personas y las instituciones pueden señalar nuestra disposición a reconocer esa norma (Fortou y Silva, en prensa).

De allí la importancia de que los esfuerzos de estrategias de cambio de comportamiento sean cuidadosos en poner el énfasis de mensajes y acciones en los comportamientos deseables y no en lo contrario. Al fin de cuentas, una norma social puede definir un comportamiento deseable, pero también uno indeseable. Resulta común que gobiernos, empresas y organizaciones que quieren promover un comportamiento social u organizacionalmente conveniente utilicen el señalamiento de lo que “no debemos hacer” como mecanismo de comunicación de sus intenciones para desincentivarlo. El lugar donde se pone el énfasis en estos casos es fundamental respecto a la posibilidad efectiva de cambio y puede llevar incluso a que un comportamiento reducido y extraño se vuelva más común por la “publicidad” que le hacen quienes, precisamente, quieren evitarlo.

Esto no supone esconder los problemas o los comportamientos indeseables. Es más, dar esas conversaciones de manera inteligente y controlada puede retroalimentar discusiones sobre ellos, pero sí tener cuidado con la inclinación (en ocasiones común entre medios, organizaciones y gobiernos) de poner el énfasis en lo que no sale tan bien en el comportamiento de las personas. Por otro lado, hacer énfasis en el comportamiento deseado permite que los esfuerzos de cambio de comportamiento echen mano de tres elementos fundamentales: el poder de la influencia social, el poder de las expectativas de comportamiento y las oportunidades de superar brechas de ignorancia pluralista (Silva et al., 2019).

Muchos comportamientos deseables son, ante todo, cooperativos. Es decir, suponen que las personas hagan algo que puede percibirse como un costo individual para conseguir un logro colectivo (Silva, 2020). Pagar impuestos es una pérdida patrimonial individual que, en teoría, se ve recompensada con los servicios públicos que provee el Estado. Pero una motivación fundamental de comportamiento como este es la percepción de que “todos” o “la mayoría” están contribuyendo también. Pagar impuestos es un poco menos doloroso (y puede ser sustancialmente más aceptado) si estamos seguros de que no somos los únicos que lo hacemos y que hay unos pocos o ninguno que no están poniendo de su parte. Una larga lista de intervenciones de promoción del pago a tiempo de impuestos que usan normas descriptivas (“la mayoría lo hace”) son buena evidencia de esto (Larkin et al., 2018).

Esto también nos señala lo relevante que para nuestro propio comportamiento es lo que pensamos que hacen o piensan los otros. Durante buena parte de la segunda mitad del siglo veinte, los experimentos sobre conformidad de Solomon Asch asumieron la tarea de comprender un poco mejor la manera como el comportamiento de los demás determinaba e influenciaba el propio (1995). La influencia de un comportamiento ajeno sobre el nuestro se puede revisar respecto a nuestro grupo de referencia, los creadores de tendencia y las percepciones de mayoría y confianza que tengamos en los demás. Por eso resulta clave que tengamos una percepción positiva de los demás, pero, sobre todo, que pensemos bien de sus motivaciones, intenciones y acciones. Si los comportamientos que consideramos son mayoritarios influencian nuestra propia disposición a seguirlos, más vale que esa percepción de comportamiento generalizado sea respecto a lo que consideramos social o grupalmente deseable.

Aunque no siempre hacer énfasis en el comportamiento deseado es efectivo, como Cialdini et al. (2016) han mostrado, hay algún grado de consenso respecto a que al hacer uso de intervenciones de tipo norma social y comunicación de expectativas en particular, sobre la importancia de señalar lo que queremos promover (Murraín, 2017; Mackie, 2017; Silva et al., 2019). Esto supone un esfuerzo fundamental al momento de diseñar mensajes y acciones que privilegien los comportamientos objetivo y sobre todo, que ayuden a alimentar una percepción positiva respecto a las motivaciones e intenciones de los demás, en particular, los que consideremos como un grupo de referencia.

De ahí la importancia de definir muy bien lo que queremos que sea más común entre las personas y la manera cómo lo presentamos para que complemente una expectativa de comportamiento sobre lo que es mayoritario y deseable. Centrarse en lo deseable, hacerle bulla a lo conveniente y prosocial, volver normal las contribuciones que siendo cotidianas, pueden ser extraordinarias.

Referencias:

  • Asch, S. (1995). Opinions and social pressure. En E. Aronson (Ed.) Readings about the social animal. Nueva York: W. H Freeman.
  • Bicchieri, C (2005). The grammar of society the nature and dynamics of social norms. London, UK: Cambrigde.
  • Bicchieri, C (2018). Nadar en contra la corriente. Cómo unos pocos pueden cambiar los comportamientos de toda una sociedad. Ciudad de México: Ediciones Paidós.
  • Cialdini et al. (2016) Managing social norms for persuasive impact. Social Influence, 1 (1), pp. 3–15.
  • Fortou, J. y Silva, S. (En prensa). Trust and Social Norm Recognition: Evidence from a Latin American City.
  • Larkin, C., Sanders, M.  Andresen, I.  y Algate, F. (2018) Testing Local Descriptive Norms and Salience of Enforcement Action: A Field Experiment to Increase Tax Collection. Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=3167575 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.3167575
  • Mackie, G. (2017). Effective Rule of Law Requires Construction of a Social Norm of Legal Obedience. In: Cultural Agents Reloaded: The legacy of Antanas Mockus. Tognato, C. (Ed.). Cambridge: Harvard University Press.
  • Murraín, H. (2017) Transforming expectations through Cultura Ciudadana. In: Cultural Agents Reloaded: The legacy of Antanas Mockus. Tognato, C. (Ed.). Cambridge: Harvard University Press.
  • Prentice, D. A., & Miller, D. T. (1996). Pluralistic ignorance and the perpetuation of social norms by unwitting actors doi:10.1016/S0065-2601(08)60238-5
  • Silva, S.; Garro, J.E.; López, N. y Trujillo, J.P. (2019). Confianza, normas sociales y representaciones del otro. La implementación de la estrategia de cultura ciudadana “Medellín Está Llena de Ciudadanos como Vos”. En: Eslava, A. (Ed.) Lo mejor de las personas. Teoría, implementación y agenda de cultura ciudadana. Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT y Alcaldía de Medellín.
  • Silva, S. (2020). Algunas ideas desde los estudios del comportamiento para entender, analizar y enfrentar la crisis del covid-19. En: Eslava y Giraldo (Ed.). Pensar la crisis. Perplejidad, emergencia y un nuevo nosotros. Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT.

Entrevista sobre cultura ciudadana con «C3- Colegio de Ciencias del Comportamiento».

El pasado 14 de septiembre conversé con Carlos Naranjo de C3-Colegio de de Ciencias del Comportamiento sobre cultura ciudadana, la emergencia del COVID-19 y las perspectivas de cambio e intervención que el enfoque puede señalar para gobiernos y organizaciones. Aquí pueden ver la conversación completa:

Una guía sencilla para mejores mensajes de prevención del Covid-19.

Esta pieza del gobierno irlandés es un buen ejemplo de comunicación efectiva y sencilla para esta coyuntura.

A la fecha, más de 10.000 personas han muerto y unas 300.000 se han enfermado en Colombia por el COVID-19. Es una tragedia. Y, sin embargo, los negocios reventados, las instituciones apretadas y los gobiernos locales ahogados buscan la manera de recuperar algo de normalidad; salvar algunas de las prerrogativas de la vida anterior a la pandemia, mientras se relajan algunos de los elementos de la cuarentena. Parte de lo bien que se haga esta reapertura depende de las capacidades de las organizaciones de movilizar a los ciudadanos para seguirse cuidando. Sin la draconiana cuarentena para reducir casi al máximo las interacciones, dependemos de herramientas como la pedagogía y la comunicación para promover la distancia física, el lavado de manos, el reporte de síntomas, el auto aislamiento en caso de sospecha de contagio y el uso correcto del tapabocas.

La economía del comportamiento y algunas pistas acumuladas de las acciones de cultura ciudadana nos pueden ayudar a encontrar mejores formas (al menos con más posibilidades de ser efectivas) a la hora de diseñar e implementar mensajes y acciones de cuidado. Esta es una lista, incompleta como todas, de diez consejos generales sobre cómo hacerlo. Espero que sean útiles.

1. Céntrense en mensajes de cuidado de los demás. En casi todas las encuestas hechas sobre motivaciones alrededor del mundo (y algunas en Colombia), las personas señalan que cumplen las medidas para cuidar a otros: familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo.

2. Usen mensajes sobre lo que estamos haciendo todos. Señalen que “muchos” o la “mayoría” cumplimos las medidas y seguimos las indicaciones, como efectivamente está ocurriendo. Los comportamientos dependen en ocasiones de nuestra percepción de lo que hacen los demás o creen que es importante que hagamos. Para todos es fundamental saber que otros cooperan, para querer también cooperar.

3. Definan canales y momentos en los que sus mensajes puedan funcionar mejor como recordatorios. El lavado de manos constante, el distanciamiento físico y el uso del tapabocas son comportamientos mejor delimitados por hábitos, de igual forma, la disposición a aplazamiento y la procrastinación pueden afectar que los hagamos con juicio. Un recordatorio puede ser en muchas ocasiones la diferencia entre realizarlos.

4. No se centren en el riesgo personal de contagio. Quienes tienen buena disposición de cuidado, ya lo hacen, y quienes pueden estar delimitados por un sesgo de optimismo (“a mí eso no me va a pasar”) son difíciles de asustar. De nuevo, los mensajes de cuidado mutuo y norma social pueden resultar más efectivos en esta medida.

5. Algunas piezas instructivas pueden ayudar a recodar, mientras que permiten superar barreras cognitivas sencillas. Algunos contenidos, como consejos para que las gafas no se empañen o para que las orejas no se resientan al usar la mascarilla son un buen ejemplo, también juegos más coquetos como unas instrucciones para tomarse una selfie con mascarilla. El objetivo aquí es actuar como recordatorio indirecto del comportamiento y normalizar la adhesión.

6. No subestimen los lugares y los momentos de los mensajes. Poner un instructivo sobre cómo lavarse las manos en los espejos de los baños o enviar mensajes de texto o WhatsApp cada tres horas que recuerdan hacerlo pueden tener buenos efectos en este comportamiento. De nuevo, usando el poder de los recordatorios, pero también usando asuntos como la silenciosa regulación que se produce cuando varias personas tienen la misma señal en un espacio particular.

7. Algunos mensajes y contenidos indirectos sobre la “vida en la pandemia” pueden ser el vehículo perfecto para hablar sobre los comportamientos de cuidado. Una capacitación o conversatorio sobre teletrabajo o salud mental pueden estar llenos de pequeños recordatorios; en este sentido, el objetivo es señalar lo esperables de estos comportamientos y lo generales.

8. Sin caer mucho en el pantanoso mundo de los “influenciadores”, hay que reconocer que las personas sí le hacen caso a otros que consideran relevantes para sus grupos de referencia. Busquen “influenciadores” comunitarios u organizacionales como voceros, más que gente famosa; estas personas pueden señalar tendencias, y su papel funciona mejor como referentes del cambio. De nuevo, atención a la influencia informal y cotidiana, para una persona puede ser más relevante lo que piensan sus vecinos que un cantante.

9. Referencien la información que usen, así sea algo tan sencillo como el instructivo de la puesta de la mascarilla. Hay buena ciencia detrás de la información que tenemos y una buena cita a una fuente con autoridad puede ayudar mucho. De igual forma, y pensando en el punto anterior, hay mucho por hacer en cuestiones de entender a los científicos como influenciadores.

10. Finalmente, eviten metáforas de guerras, batallas y enemigos. Céntrense en esfuerzos colectivos y logros comunes, usen el agradecimiento y el reconocimiento de lo que todos hacemos como medio para resaltar los comportamientos esperados. Pongan el énfasis en las maneras como estamos enfrentando todos esto, pero sin “victorias”.

En estas dos publicaciones pueden encontrar algunas pistas más sobre este tema:

Capítulo “Algunas ideas desde los estudios del comportamiento para entender, analizar y enfrentar la crisis del COVID-19”.

Working paper “Comunicar para transformar” – Universidad EAFIT.

Capítulo «Algunas ideas desde los estudios del comportamiento para entender, analizar y enfrentar la crisis del COVID-19».

Portada del capítulo.

El libro «Pensar la crisis. Perplejidad, emergencia y un nuevo nosotros» fue editado por Adolfo Eslava y Jorge Giraldo y publicado por la Editorial Universidad EAFIT. Su objetivo era recoger diferentes ideas y perspectivas de un grupo variado de académicos alrededor de la pandemia del COVID-19. El texto reúne reflexiones de temas tan variados como los cambios al orden mundial, el futuro del liberalismo, los estudios del comportamiento y la labor de ser padres en medio de las dificultades de la cuarentena.

Incluye también un capítulo de mi autoría, centrado en lo que algunos aprendizajes de las ciencias del comportamiento nos pueden decir sobre las decisiones y acciones cotidianas de las personas en la mitad de esta crisis y en las pistas que estas mismas ideas nos pueden dar para promover comportamientos individuales y acciones colectivas de cuidado. Pueden acceder a la versión digital gratuita del libro en este enlace.

Y aquí descargar mi capítulo: