Por Santiago Silva Jaramillo
La cultura ciudadana es, en su definición más sencilla, es una manera de comprender las relaciones de convivencia de una sociedad. Define las formas en las que las personas interactúan, valoran a los demás y resuelven problemas de coordinación social. Por eso la lectura de los resultados de la Encuesta de Cultura Ciudadana de Medellín 2023 resulta fundamental para hacernos una buena idea de los retos que enfrenta la ciudad de cara a la convivencia ciudadana.
En este sentido, podríamos definir cuatro agendas urgentes a las que la entrante administración distrital debe ponerle atención y en la que todos los demás agentes sociales podemos ayudar.
La primer agenda tiene que ver con la pérdida de confianza que ha sufrido la ciudad.
La crisis de confianza se siente en la reducción de la confianza interpersonal. Aunque en 2019 el 43% de los medellinenses decían que se “puede confiar en la mayoría de las personas”, este porcentaje se redujo al 32% en 2021 y a 31% en 2023.
La confianza en la Alcaldía estaba en 2023 en un bajón histórico. Solo el 17,7% de las personas confiaban en la entidad, una reducción del ya de por sí bajo porcentaje del 31% en 2021. Es posible que el solo cambio de administración reverse este porcentaje, pero el daño hecho a la confianza institucional es profundo y evidente en preguntas como esta.
Estas desconfianzas se ven alimentadas por las percepciones negativas sobre la honestidad y probidad de otros. Así, el 74,3% de los encuestados cree que más de la mitad de los funcionarios públicos son corruptos y 54,7% cree que más de la mitad de los ciudadanos son corruptos.
Una pregunta clave para conectar respecto a la confianza interpersonal y en general, a la disposición de los ciudadanos a movilizarse por la ciudad, el orgullo que sienten por Medellín, parece que no fue incluida en la encuesta de 2023. Pero entre el 2019 y el 2021 sabemos que hubo una reducción de las personas que se sentían “muy orgullosas” del 52% al 37% y un aumento de los que se sienten “poco orgullosos” del 10% al 16%. En versiones anteriores se evidenció que orgullo y confianza van de la mano, y que en buena medida las personas que se sienten orgullosas de Medellín confían en sus conciudadanos e instituciones; no es un asunto menor.
La segunda agenda son los problemas de convivencia.
Los problemas de vivir juntos afectan en mayor medida a los jóvenes. Algo más de la mitad de los jóvenes encuestados, el 54,7% reportó haber estado involucrado en alguna situación conflictiva el año pasado, es decir, una riña, una discusión con un vecino, un problema de ruido, entre otras.
Tener un vecino que puso música en volumen excesivo fue la situación conflictiva que más vivieron las personas de Medellín en 2023. Aunque dos tercios de estas personas no hicieron nada respecto al asunto. Este es un problema generalizado de la ciudad y al tiempo, uno al que para muchos la única opción ha sido la resignación.
Y esa es la tercera agenda, las reacciones y percepciones ciudadanas frente a situaciones conflictivas.
En general, la reacción más común al presenciar situaciones conflictivas como una riña o a un vecino agrediendo a sus hijos sigue siendo “no hacer nada”. Hay una tarea pendiente de seguir promoviendo la intervención no violenta en situaciones conflictivas, en particular, la mediación vecinal o la denuncia a autoridades.
Similares problemas enfrentamos respecto a las violencias basadas en género y la violencia intrafamiliar. El 39,6% de los encuestados reaccionaría de manera activa y no violenta (por ejemplo, denunciando a las autoridades) si presenciara a un vecino agrediendo a sus hijos. Por otro lado, casi el 9% de los hombres y el 5% de las mujeres están de acuerdo con la afirmación “cuando un hombre agrede a una mujer es porque ella le dio motivos”. Aunque porcentualmente baja, la sola presencia de la respuesta resulta preocupante.
Estas justificaciones se extienden a otras situaciones violentas. Solo el 57,6% de las personas rechazan todas las justificaciones de la violencia interpersonal. Este rechazo es menor en los jóvenes de la ciudad, con el 51,9% de los encuestados entre los 18 y 26 años rechazando toda justificación de la violencia interpersonal. Motivos como defenderse de una ofensa “al honor”, entre otras, siguen siendo reivindicadas por al menos uno de cada diez encuestados.
La cuarta agenda es, ante todo, el reconocimiento de lo que podemos movilizar para abordar muchos de estos problemas. Se dedica a sacar a relucir lo mejor de las personas.
La ciudad cuenta con buenos niveles de disposición a coexistir con la diversidad. Esto se mide principalmente con la pregunta “¿A usted no le gustaría tener como vecino…?” seguido de varias opciones poblacionales y arquetípicas. Se pregunta por personas reinsertadas y desmovilizadas de grupos armados, por personas que consumen droga o alcohol, personas de otro grupo étnico al suyo, de otra religión, y así. El 79,8% de los encuestados no expresó disgusto por ninguno de los vecinos hipotéticos. A los jóvenes les va particularmente bien en las preguntas sobre coexistencia y valoración de la diversidad.
Respecto a hábitos proambientales, hay una diferencia de casi veinte puntos entre el indicador de hábitos proambientales en mujeres respecto a los hombres. Lo mismo con el indicador de gestión de residuos sólidos. Sin embargo, la mayoría de los encuestados expresan una buena disposición y apropiación de hábitos de cuidado medio ambiental.
Y también, todo lo demás. A pesar de las reducciones, la confianza interpersonal en Medellín sigue siendo una de las más altas del país y al menos cinco veces mayor que la que se registra en Colombia; el orgullo por la ciudad sigue siendo altísimo y en general, la disposición de los medellinenses a cooperar por la ciudad y con sus conciudadanos es alentador. Hay que reconocer las contribuciones ciudadanas para mejorar las percepciones colectivas y construir confianza entre las personas, abrir espacios de diálogo y relacionamiento sobre información pública para construir confianza institucional y definir mejores mecanismos de gestión de problemas de convivencia cotidiana para mejorar las reacciones ciudadanas a la violencia.
La cultura ciudadana vive de movilizar estas cosas, poner a andar las expectativas positivas que tenemos los ciudadanos para enfrentar los problemas colectivos. Hay que empezar.
Si quieren consultar la Encuesta de Cultura Ciudadana 2023, la pueden ver acá: https://www.medellin.gov.co/es/wp-content/uploads/2023/12/Encuesta-de-Cultura-Ciudadana-2023.pdf