
¿Se puede pensar en la cultura ciudadana como un proyecto que pueda vivir sin la participación, agencia e incluso protagonismo de la ciudadanía? No. Y aunque esa respuesta no es ni novedosa ni arriesgada, tiene profundas implicaciones sobre el diseño de políticas públicas, escenarios de participación y estrategias que busquen, precisamente, resolver problemas públicos desde el enfoque de cultura ciudadana.
En 2016 nació el Laboratorio de Cultura Ciudadana de Medellín, un proyecto en asocio entre la Alcaldía de Medellín y la Universidad EAFIT, para gestionar conocimiento, experimentar acciones y generar escenarios de intercambio de ideas sobre las agendas de transformación cultural de la ciudad. Su primera publicación de resultados de trabajo, «Pensar y construir el territorio desde la cultura«, presentaba los avances sobre estas tareas y las perspectivas que el trabajo sobre cultura ciudadana señalaba en Medellín.
El libro incluye un capítulo de mi autoría (más es la introducción, pero llamémosle así), que reflexiona precisamente sobre los escenarios y las formas en las que se puede ampliar la conversación sobre cultura ciudadana a la ciudadanía y el rol que en esa misión cumpliría ese por entonces novedoso escenario del Laboratorio de Cultura Ciudadana. Aquí pueden leer ese capítulo/introducción: